Desde siempre supe que quería ser doctora. Mis papás creyeron en mí desde el inicio y me acompañaron en cada paso del camino. Hoy, mi esposo y mis hijos siguen siendo mi mayor apoyo. Durante muchos años soñé con ser dermatóloga, pero Dios tenía preparado otro rumbo para mí. Fue durante el servicio social cuando, casi sin buscarlo, descubrí mi amor por la ginecología.
 

La posibilidad de acompañar a una mujer en su camino hacia el bienestar, y verla regresar a casa sana, me envolvió por completo. Años después de terminar la especialidad, encontré una rama dentro de la ginecología que despertó una verdadera pasión en mí: las enfermedades vulvares. Un campo tan presente en la consulta ginecológica y, sin embargo, históricamente poco atendido. Para mí, fue la combinación perfecta entre la dermatología que alguna vez soñé y la ginecología que elegí vivir. Desde entonces, me he preparado intensamente en esta área. He viajado, estudiado y, hoy en día, imparto conferencias, talleres y participo activamente en la formación de nuevos ginecólogos.
 

Actualmente, soy ginecóloga con enfoque en enfermedades de la vulva, con alta especialidad en colposcopia y patología del tracto genital inferior. Desde hace años, he dedicado mi práctica clínica y mi formación continua a profundizar en el diagnóstico y tratamiento de estas condiciones, siempre desde un enfoque integral, respetuoso y multidisciplinario. Mi compromiso es brindar una atención cercana, clara y empática.

 

Mi vocación es hacer visible lo que por tanto tiempo ha sido invisibilizado.Porque alguien tenía que hacerlo de forma profesional… y con el corazón